La primera justificación para realizarle masajitos al bebé, llega por el apego que sentirá tanto con su mamá como con su papá. Estimula el contacto entre ellos y no solo al tocarlo, sino que también con miradas y palabras.
En el aspecto fisiológico, los masajes colaboran con el sistema nervioso y para regular el sistema gastrointestinal. De esta manera, baja la cantidad de cólicos y molestias que puede tener el pequeño. Mientras que ayuda con la tonificación de los músculos que comienzan a crecer.
Además, como si fuera poco, el masaje infantil es un factor importante para bajar el estrés del bebé y es grato para que él se relaje y las tensiones se eliminen.