Lo primero que se cree, más que nada las madres primerizas, es que el bebé llora porque tiene hambre y muchas veces se cae en darle la teta y ya. Sin embargo, no todo llanto significa apetito en ellos.
Los bebés pueden estar molestos, sea por tener frío o por tener calor, por poner un ejemplo. Aunque también el síntoma puede ser el de una enfermedad o un dolor. Otro tema que se acentúa con el llanto es los cólicos, uno de los problemas más comunes en los más pequeños.
A su vez, llorar en el bebé puede ser sinónimo de sueño o de tener el pañal sucio. Por este motivo es clave que tanto la madre, como el padre, empiecen a entender desde un comienzo qué significa el llanto de su bebé porque puede entenderse como alguno de los inconvenientes planteados o por un simple pedido de afecto.