Existen cuatro tipos de posiciones para darle el pecho a nuestros hijos. La más común es la denominada “clásica”, que debe hacerse con la espalda recta y con los hombros totalmente relajados para no sufrir ninguna contractura. Además, se puede colocar un almohadón para apoyar al bebé, su nariz tiene que tocar el pecho y su panza a la de mamá.
Otra forma es “cruzada”, en la que la madre con una mano toma la cabeza del recién nacido y con la otra agarra su pecho. La panza del bebé tiene que quedar pegada a la de la mamá y la nariz debe tocar el pecho.
Una alternativa cómoda después de una cesárea, es tomar el cuello y la nuca del bebé con la mano, y con el antebrazo sostener el cuerpo. En este caso, la nariz del pequeño también tiene que tocar el pecho y la panza debe estar junto a la de la mamá. Se recomienda utilizar almohadas para evitar contracturas y apoyar bien el brazo y al bebé.
Para algunas mamás, una opción más que relajante es amamantar acostada ubicando al bebé de costado enfrente. ¡Es una gran variante para descansar mientras alimentas a tu hijo!
¡La lactancia materna es un hecho irrepetible y la comodidad la hace mejor todavía!