En el momento de amamantar, es importante que busques las posiciones más cómodas y adecuadas para no sufrir ninguna complicación. Además, se recomienda formar el pezón antes de que el bebé tome.
Un problema recurrente es la obstrucción de los conductos, que sucede cuando empieza a inflamarse uno de ellos por no haberse vaciado de las maneras más convenientes. La mamá en éste caso sufrirá dolores desde la base de la mama hasta la aréola y sensación de dureza al tocarse.
Las dificultades en los conductos ocurren en cualquier lapso de la lactancia por diversos motivos, entre ellos: la falta de cambios de posiciones, succiones ineficaces, leche muy espesa, grandes intervalos entre una mamada y otra, presión de los dedos de la madre, ropa chica, uso de corpiños que aprietan las mamas por sus tiras delgadas, uso de corpiño durante la noche o por dormir boca abajo sobre los pechos.
Luego de que ocurra éste impedimento, tenés que amamantar primero con el pecho que tuvo el inconveniente, con regularidad. ¿Cómo? Situando al bebé con el mentón apuntando a la zona tapada. Se aconseja una alimentación con lácteos descremados para que la leche no se tan espesa y produzca nuevos contratiempos.